viernes, 9 de noviembre de 2018

El mundo de las ideas

En la mitología griega existían siete criaturas inmortales, siete musas, que otorgaban inspiración a los mortales para que crearan el más bello arte. Se decía que, si un artista seducía a una de las hermanas, ella te otorgaría temporalmente una fuerza creativa inmensa. A pesar de que sea una idea muy romántica, el hecho de ligarme a Calíope, Euterpe o Melpómene para saber escribir, cantar o recitar me parece una idea horrible que le quita todo el mérito al ser humano. Yo puedo acceder al mundo de las ideas cuando quiera.

Tener ideas o inspiración no es demasiado difícil. Yo tengo una teoría según la cual, por muy simple o sencilla que te parezca una persona o una situación, siempre hay una historia interesante detrás y solo tienes que adentrarte lo suficiente. Lo llamo “La teoría de las historias fractales”.

¿Cuántas veces habéis subestimado una persona y más adelante esa persona os ha sorprendido de una forma que no os esperabais? ¿O una situación común ha pasado a ser extraordinaria en segundos? En el cine pasa mucho, aunque casi siempre se les ve venir desde lejos. En el rol pasa también muy a menudo, pero allí la causa habitual es que el jugador se cansa de interpretar a su personaje y empieza a actuar como sí mismo.

Pero entonces, ¿cuál es el secreto para desentrañar una buena historia?

Como ya he contado anteriormente, en mi caso fue el descubrimiento del Hexágono de Saturno por la sonda Cassini. Cuando conocí la noticia mi mente estalló debido a lo asombroso que me parecía que un planeta gigante, compuesto de gas en su mayor parte, tuviera una tormenta con forma de hexágono regular. Cuando piensas en una tormenta, lo primero a lo que se la asocia es al caos. Es cierto que existen ciertos fenómenos meteorológicos que siguen patrones circulares definidos, pero ni son regulares, ni duran en el tiempo más allá minutos, horas o días. Aquí estamos hablando de un fenómeno que ha durado décadas como mínimo, ya que hay ciertas imágenes de las sondas Voyager en las que se adivina el hexágono de forma parcial y borrosa, y que probablemente lleve existiendo miles de años.

Un fenómeno a así es el candidato perfecto para comenzar a perfilar la historia, pero es solo la llave que te permite acceder al laberinto. En mi caso, cada paso que daba desembocaba en una habitación con una o más puertas colocadas de forma evidente y otras ocultas a la vista. Fue todo un reto averiguar cual era el camino correcto más allá del evidente que todo el mundo usaba.

Las ideas van y vienen y el escritor debe estar preparado para cuando vienen las buenas para aprovecharlas, pero no usarlas de forma burda y poco original. En mi caso y en ese punto del desarrollo de la historia fue Tesla. Os garantizo que cuando se me ocurrió añadir a Tesla a la mezcla no estaba tan de moda, pero fue ocurrírseme y aparecer en libros, películas, videojuegos, documentales y hasta en la sopa. La verdad es que estuve a punto de abandonar la idea, pero en ese momento la ucronía llegó a mi vida y el mundo estalló en un mar de posibilidades.

En vez de usar a Tesla como protagonista o personaje importante, al menos, me hice una pregunta: ¿Si Tesla fue un genio tan grande, porqué murió pobre y sin el merecido reconocimiento? La respuesta que deduje al estudiar su personalidad y el mundo en el que vivió fue que era un incomprendido. Si bien era un genio que no necesitaba diseñar en papel sus inventos, era completamente inepto en cuanto a relaciones sociales y transmitir esa importancia a compradores e inversores. El siguiente paso era lógico: introducir una figura que comprendiera la importancia de sus inventos y fuera capaz de vender y convencer a cualquiera.

Aquí había algo, sin duda. Sin embargo, no podía ser cualquiera ya que precisamente esa ineptitud social era el mayor obstáculo. Después de mucho meditarlo, encontré mi “punto Jonbar” en torno a la mejor figura que se me ocurrió para tal finalidad: un hermano gemelo. Este gemelo, a pesar de compartir la misma carga genética, sería el opuesto complementario de Nikola Tesla. Si uno es un genio científico sin talento para las relaciones sociales, el otro era un genio emocional sin talento para el mundo científico por lo que ambos se complementan muy bien. El último toque consistió en aprovechar ese vínculo que los hermanos gemelos parecen compartir, no solo para hacer que ambos estén unidos toda la vida sino también justificándolo de forma física con el fenómeno del entrelazamiento cuántico, propiedad que sería investigada y aprovechada por Nikola Tesla para dar un salto gigante en la revolución tecnológica que ambos hermanos llevaron a cabo en esta realidad alternativa.

Y todo esto que he descrito lo he hecho en pasado porque en el momento de empezar la novela, los gemelos llevan muertos diecisiete años. En vez de usar una idea como tantos otros, le he dado una vuelta de tuerca, he cogido otra tuerca para hacer más fuerza y he terminado por crear un mundo distópico de estética Teslapunk, donde la energía es tan abundante que nadie tiene que pasar hambre o no tener trabajo. Un mundo donde las máquinas son enormes al no tener necesidad de miniaturizarlas para reducir su peso. Un mundo con tecnologías avanzadas que nosotros solo podemos soñar. El mundo del mañana en el año 1960.

El mundo de las ideas es caótico y caleidoscópico. No hay que tener miedo a la hora de innovar y dejarte llevar. Hay temas universales que funcionan y, de hecho, prácticamente todas las historias se pueden enmarcar en un par de docenas de estos temas universales, pero eso no quiere decir que no se puedan contar bajo un nuevo enfoque original. Tanto si vais a seguir el camino conocido como si vais a explorar nuevas vías para contar historias, por favor sed honestos con vuestro público y con vosotros mismos. En cuanto a mí, seguiré por el que dicen  que es el camino más difícil, el camino intermedio.

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